El «infierno» de traducir «Inferno»

Portadas de Inferno
Portada del libro de Dan Brown

11 personas que se pasan dos meses en un ‘búnker’ con seguridad, controlados por vigilantes de seguridad, trabajando durante diez horas al día sin contacto con nada ni nadie, para no desvelar el secreto mas preciado: los textos de un libro. Esto, en si mismo, podría ser el argumento de otro libro. Pero no. Se trata de los 11 traductores internacionales contratados por Dan Brown para traducir su última obra: «Inferno». Todo este trabajo se realizó en un bunker de hormigón, en los sótanos del edificio Mondadori en Milán, diseñado en su día por Niemeyer y bajo estrictas medidas de seguridad. De nueve de la mañana a nueve de la noche, de lunes a domingo, desprovistos de tecnología que los conectara al mundo real, y con un registro total de sus movimientos. Del bunker al hotel y del hotel al bunker. El oficio de traductor tiende a ser solitario. Casa y despacho, suelen ser los lugares de aislamiento de los profesionales de la traducción para dar rienda suelta a su creatividad. En Tradelia lo sabemos bien. La finalidad de este sistema era mantener la seguridad de los textos originales, para prevenir cualquier filtración que diera el traste con la exclusiva de su presentación mundial. La nueva aventura del profesor de simbología Robert Langdon está inspirada en La Divina Comedia de Dante. De ahí que el título del libro sea Inferno y no infierno. El alto precio de traducir para un autor de best sellers.   Fuente: El Huffington Post